Acerca de

Resort Privado

Finca Lo Claustre es el mejor lugar para unas vacaciones perfectas con familiares y amigos. Esta exclusiva villa de 1350 m2 edificados situada en el Delta del Ebro, cerca de Sant Carles de la Rápita se ajusta a la definición de lujo rústico a la perfección. Fusión de paredes de piedra y azulejos, techo de vigas de madera con la belleza natural de los paisajes mediterráneos, ofreciendo un ambiente de relax y privacidad en un terreno de 6.000 m2 rodeado de palmeras, olivos y amplias terrazas. Pase su estancia descansando en una tumbona en la terraza soleada, nade en la piscina cubierta y climatizada (bajo petición), prepare una barbacoa en una de nuestras dos planchas probando productos locales y disfrutando de la compañía de todos en las mesas al aire libre o bien en el claustro a la sombra. Por las noches, vierta una copa de vino para disfrutar en la terraza a la luz de las estrellas o encienda el televisor con pantalla gigante, o navegue a través de Wi-Fi. A través de un patio de piedra, el claustro, se distribuyen los diferentes alojamientos. La propiedad tiene varias construcciones con estancias independientes con capacidad para 17 personas.

El Delta del Ebro

Declarado reserva de la biosfera, el delta del Ebro es un destino genial para disfrutar de la naturaleza y los deportes acuáticos, avistar aves, pasear en bicicleta y regodearse con una gastronomía extraordinaria. Pero hay algo más. Su gran extensión, unido a la baja intensidad de población, hace que el delta sea uno de los rincones más tranquilos y solitarios del litoral catalán. Sant Carles de la Ràpita se encuentra junto a la bahía dels Alfacs, resguardada por el brazo sur del delta, la Punta de la Banya. Desde el puerto, nuestros huéspedes pueden disfrutar de un crucero en los barcos que recorren la Bahia dels Alfacs, y permite acercarse a los criaderos de mejillones que abundan en la zona, así como llegar por mar a una zona inaccesible por tierra desde el interior del delta. Uno de los momentos culminantes del viaje es la vuelta al puerto al atardecer, cuando el sol se esconde tras las pétreas y metálicas montañas del Montsià.